martes, junio 26, 2007

Aterrizando...

Aterrizando

Aterrizando… al menos ya percibes el suelo,

distinguiendo a las personas,

dibujando siluetas de perfiles antes falsos

de colores transparentes.

Vas mirando desde lejos,

incrédulo pero asumiendo que es así,

que siempre fue así.

Va cayendo la pintura antes nítida e impoluta,

derramando el maquillaje de quien ahora es

lo que hace un rato brillaba con distinta luz. Esa luz que,

antaño marcaba la perfección de las formas,

relieves, textura y matices preciosos. Luz que no se apaga,

no te engañes, eso es lo bueno

no se apaga hasta que te desconectan.

Pero si, va variando de tonalidades dulces y cremosas

por otras mas oscuras y discordantes.

Luz tenue que a la vez que evoluciona modifica tu realidad

para mostrarte con toda su firmeza y punto de crueldad

el mundo tal cual es, la vida tal cual es,

tu mundo tal cual lo estas construyendo,

eres tú en tu punto justo. Ni mas ni menos.

Pero no te quedes inmóvil,

porque inmóvil solo están las piedras,

que carecen de vida… El tiempo esta ahí,

puesto a tu entera disposición, adminístralo, hazlo como quieras,

amásalo y moldéalo a tu antojo,

porque lo que no puedes es escapar de él.

Él también cuenta, impasible, matemático, exacto,

neutro pero a la vez relativo,

paulatino pero al mismo tiempo voraz, ingenuo e infinito.

Variable, intangible e inagotable,

Solo tú puedes administrar el que te ha tocado manejar.

Ése, ése es el tuyo, con el que vas a poder viajar,

Jugar, comer, trabajar y enamorarte. Mímalo,

dale de beber y anímalo a que juegue en tu equipo

para que en el aterrizaje al menos él esté de tu lado.

Para que al menos el tiempo acaecido

no haya sido una carga muerta

junto con la que has ido arrastrando tu vida.

Son los aterrizajes forzosos,

esos con los que te golpeas la cabeza, con los que aprendes.

Sin ellos nunca seras capaz de distinguir

un plácido y sereno viaje

o un suave y controlado descenso.

Es curándote de las heridas recibidas, todavía en el hospital

cuando ya has de ir acomodándote

para recibir a ese amigo “tiempo”.

El cual siempre ha estado a tu vera

pero que ahora se disfraza con otros atuendos,

mirándote desde otros ojos.

Es aún con las vendas cubriendo tu cuerpo

cuando comienzas a analizar,

a estudiar con detenimiento qué ha pasado,

cómo ha ocurrido y por cuánto tiempo,

sin engaños ilusorios.

Aquí empieza la otra batalla,

es cuando se da el pistoletazo de salida

y has de empezar a orientar tus pasos,

los cuales nunca se han detenido.

Con el fiel análisis has de avanzar,

es lo que te queda. Se puede dudar,

de hecho se duda, pero caminas,

te diriges, evolucionas con lo aprendido,

con la cicatriz de color extraña

y aún con la pierna trastocada de la última embestida.

Pero no te quedas inmóvil,

porque inmóvil solo están las piedras,

que carecen de vida…

Tú solo has sufrido un aterrizaje forzoso,

pero sigues vivo,

y puedes seguir disfrutando.

“Dedicado con especial cariño a nuestro amigo Nova

y a todo aquel que quiera, pueda o sepa sacar algo

positivo de estos pensamientos tan personales”

Salvi.